(De san Claudio de la Colombière y del beato P. Hoyos)
¡Oh Corazón de mi amantísimo Jesús! ¡Corazón dignísimo de toda mi admiración y amor! Yo N… inflamado en el deseo de compensar y borrar tantas y tan graves injurias cometidas contra ti, y para huir cuanto está de mi parte del vicio de la ingratitud, te entrego y consagro del todo mi corazón, con todos sus afectos, y a mí mismo con todo cuanto soy enteramente. Protesto que es mi deseo puro y sincero, olvidarme del todo desde esta hora y momento de mí mismo y de todas mis cosas, para que, quitados todos los impedimentos, pueda entrar en tu sacrosanto Corazón, que con singular misericordia me has abierto, y habitar en él vivo y muerto con vuestros fieles siervos.
Oh Corazón Santísimo, enséñame, te ruego, el camino que debo tomar para que, olvidado enteramente de mí mismo, llegue a conseguir la pureza de tu amor, cuyo deseo me has infundido. Me abraso en vehementes deseos de agradarte, pero siento que de ningún modo podré llegar a conseguir lo que deseo sin aquel grande auxilio que tú solamente puedes darme. Perfecciona, pues, en mí, oh Corazón Santísimo, todo lo que te es agradable y conforme a tu voluntad. A ti sólo se deberá toda la gloria de mi santidad, si mereciere finalmente conseguirla; ni yo quiero aspirar en adelante a la misma santidad con otro fin, sino el de tu gloria y alabanza. Amén.