Oraciones y Fórmulas Católicas

-Santiguarse-

In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

-Signarse-

Per signun crucis, de inimícis nostris, líbera nos Deus noster.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.

-Persignarse-

Per signun crucis, de inimícis nostris, líbera nos Deus noster. In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

-Pater noster-

Pater noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem: sed líbera nos a malo. Amen.

Padre Nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

-Ave María-

Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

-Gloria Patri-

Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio et nunc et semper et in saécula saeculórum. Amen.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio. Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

-Salve-

Salve, Regína, mater misericórdiae; vita dulcédo et spes nostra, salve. Ad te clamámus éxules fílii Hevae. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrimárum valle. Eia ergo, advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte, et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis post hoc exsílium osténde o clemens, o pia, o dulcis Virgo María!

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos, los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

-Símbolo de los Apóstoles-

Credo in Deum Patrem omnipoténtem, Creatórem caeli et terrae, et in Iesum Christum, Fílium Eius únicum, Dóminum nostrum, qui concéptus est de Spirítu Sancto, natus ex María Vírgine, passus sub Póntio Pilato, crucifíxus, mórtuus, et sepúltus, descéndit ad ínferos, tértia die resurréxit a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis, inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos. Credo in Spíritum Sanctum, sanctam Ecclésiam cathólicam, sanctórum communiónem, remissionem peccatórum, carnis resurrectiónem, vitam aetérnam. Amen.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

-Símbolo Niceno-Constantinopolitano-

Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem coeli et terrae, visibílium ómnium et invisibílium. Et in unum Dóminum Iesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia saécula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero.  Génitum, non factum, consubstantiálem Patri per quem ómnia facta sunt. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in coelum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória judicáre vivos et mórtuos cuius regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem, qui ex Patre, Filióque procédit. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de coelis. Et incarnatus est de spiritu sancto ex maria virgine et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis, sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Qui cum Patre, et Fílio simul adorátur, et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et unam, sanctam, cathólicam, et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et expécto resurrectiónem mortuórum et vitam ventúri saéculi. Amen.

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho. Que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

-Bendición de viaje-

Beata María intercedénte, bene ambulémus (ambules), Dóminus sit in itínere nostro (tuo), et Angeli eius comittentur nobiscum (tecum). In nómine Patris, et Filli, et Spíritus Sancti. Amen.

Que por la intercesión de Santa María Virgen tengamos (tengas) buen viaje, el Señor esté en nuestro (tu) camino y sus ángeles nos (te) acompañen. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

-Al pasar frente a una iglesia-

Santiguándose

Adoremus in aeternum Sanctissimum Sacramentum.

Adoremos eternamente al Santísimo Sacramento.

-Al ofrecer o recibir agua bendita-

Se toma con las yemas de los dedos y se santigua

V. Haec aqua benedícta
R. Sit nobis † salus et vita

V. Que esta agua bendita
R. Sea para nosotros salud y vida

-Al pasar frente a un cementerio-

Santiguándose

V. Réquiem aeternam dona eis, Dómine;
R. Et lux perpétua lúceat eis.
V. Requiescant in pace.
R. Amen.

V. Dales Señor, el descanso eterno;
R. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.

-Al entrar en una iglesia-

Brevísima visita al Santísimo

Oh Jesús, creo en Vos y os adoro realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar; arrepiéntome de haberos ofendido; os amo y os deseo; venid a mi corazón; me uno a Vos: nunca os separéis de mí. Amén.

-Acto de contrición-

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa, porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente no pecar más, y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

-Magnificat-

Magníficat ánima mea Dóminum, et exsultávit spíritus meus in Deo salvatóre meo, quia respéxit humilitátem ancíllae suae.

Ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generatiónes, quia fecit mihi magna, qui potens est, et sanctum nomen eius, et misericórdia eius in progenies et progénies timéntibus eum.

Fecit poténtiam in bráchio suo, dispérsit supérbos mente cordis sui; depósuit poténtes de sede et exaltávit húmiles, esuriéntes implévit bonis et dívites dimísit inánes.

Suscépit Ísrael púerum suum, recordátus misericórdiae, sicut locútus est ad patres nostros, Abraham et sémini eius in sæcula.

Glória Patri, et Filio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc et semper, et in sæcula sæculórum. Amen.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación
de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

-Benedictus-

Benedíctus Dóminus, Deus Ísrael, quia visitávit et fecit redemptiónem plebi suæ, et eréxit cornu salútis nobis in domo David púeri sui, sicut locútus est per os sanctórum, qui a sæcula sunt, prophetárum eius, salútem ex inimícis nostris et de manu ónmium, qui odérunt nos; ad faciéndam misericórdiam cum pátribus nostris et memorári testaménti sui sancti, iusiurándum, quod iurávit ad Abraham patrem nostrum, datúrum se nobis, ut sine timóre, de manu inimicórum liberáti, serviámus illi in sanctitáte et iustítia coram ipso ómnibus diébus nostris.

Et tu, puer, prophéta Altíssimi vocáberis: praeíbis enim ante fáciem Dómini paráre vias eius, ad dandam sciéntiam salútis plebi eius in remissiónem peccatórum eórum.

Per víscera misericórdiae Dei nostri, in quibus visitábit nos óriens ex alto, illumináre his, qui in ténebris et in umbra mortis sedent, ad dirigéndos pedes nostros in viam pacis.

Glória Patri, et Filio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in sæcula sæculórum. Amen.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos Profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

-Te Deum-

Te Deum laudámus: te Dóminum confitémur.

Te aetérnum Patrem, omnis terra venerátur.

Tibi omnes ángeli, tibi caeli et univérse potestátes:

Tibi chérubim et séraphim incessábili voce proclámant:

Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth.

Pleni sunt caeli et tema maiestátis glóriae tuae.

Te gloriósus apostolórum chorus, te prophetárum laudábilis númerus, te mártyrum candidátus laudat exércitus.

Te per orbem terrárum sancta confitétur Ecclésia,

Patrem imménsae maiestátis; venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.

Tu rex glóriae, Christe. Tu Patris sempitérnus es Fílius.

Tu, ad liberándum susceptúrus hóminem, non horruísti Vírginis úterum.

Tu, devícto mortis acúleo, aperuísti credéntibus regna caelórum.

Tu ad déxteram Dei sedes, in glória Patris.

Iudex créderis esse ventúrus.

Te ergo quaésumus, tuis fámulis súbveni, quos pretióso sánguine redemísti.

Ætérna fac cum sanctis tuis in glória numerári.

Salvum fac pópulum tuum, Dómine, et bénedic hereditáti tuae.

Et rege eos, et extólle illos usque in aetérnum.

Per síngulos dies benedícimus te; et laudámus nomen tuum in sæculum, et in sæculum sæculi.

Dignáre, Dómine, die isto sine peccáto nos custodíre.

Miserére nostri, Dómine, miserére nostri.

Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, quemádmodum perávimus in te.

In te, Dómine, sperávi: non confúndar in aetérnum.

A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles, la multitud admirable de los Profetas, el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.

Creemos que un día has de venir como juez.

Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.

Sé su pastor y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.

-Veni Creator-

Veni, Creátor Spíritus, mentes tuórum vísita, imple supérna grátia, quæ tu creásti péctora.

Qui díceris Paráclitus, altíssimi donum Dei, fons vivus, ignis, cáritas, et spiritális únctio.

Tu septifórmis múnere, dígitus patérnae déxterae, tu rite promíssum Patris, sermóne ditans gúttura.

Accénde lumen sénsibus, infúnde amórem córdibus, infírma nostri córporis virtúte firmans pérpeti.

Hostem repéllas lóngius pacémque dones prótinus; ductóre sic te praévio vitémus omne nóxium.

Per Te sciámus da Patrem noscámus atque Fílium, teque utriúsque Spíritum Credámus omni témpore.

Deo Patri sit glória, et Fílio, qui a mórtuis surréxit, ac Paráclito, in sæculórum sæcula. Amen.

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con tu divina gracia, los corazones que creaste.

Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre; que inspiras nuestras palabras.

Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.

Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director y nuestro guía, para que evitemos todo mal.

Por ti conozcamos al Padre, al Hijo revélanos también; Creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.

Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

-Veni Sancte Spiritus-

Veni, Sancte Spíritus, et emítte cælitus lucis tuæ rádium. Veni, pater páuperum, veni, dator múnerum, veni, lumen córdium.

Consolátor óptime, dulcis hospes ánimæ, dulce refrigérium. In labóre réquies, in æstu tempéries, in fletu solácium.

O lux beatíssima, reple cordis íntima tuórum fidélium. Sine tuo númine, nihil est in hómine nihil est innóxium.

Lava quod est sórdidum, riga quod est áridum, sana quod est sáucium. Flecte quod est rígidum, fove quod est frígidum, rege quod est dévium.

Da tuis fidélibus, in te confidéntibus, sacrum septenárium. Da virtútis méritum, da salútis éxitum, da perénne gáudium. Amen.

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.

-Memorare-

De nuestra Señora María Santísima

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra  presencia Soberana. No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente. Amén.

-Sub Tuum Praesidium-

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

-Bendita Sea Tu Pureza-

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

-Oración para antes del estudio-

De Santo Tomás de Aquino

Oh Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de Ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia. Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia. Tú que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Tú que eres verdadero Dios y verdadero Hombre, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

-Para santificar el trabajo-

Oración a San José

¡Oh glorioso San José, modelo de todos los que se consagran al trabajo! Alcanzadme la gracia de trabajar con espíritu de penitencia en expiación de mis pecados; de trabajar a conciencia poniendo el cumplimiento de mi deber por encima de mis naturales inclinaciones; de trabajar con reconocimiento y alegría, mirando como un honor el desarrollar, por medio del trabajo, los dones recibidos de Dios en aras de la instauración del Reinado Social de mi Señor Jesucristo. Alcanzadme la gracia de trabajar con orden, constancia, intensidad y presencia de Dios, sin jamás retroceder ante las dificultades; de trabajar, ante todo, con pureza de intención y con desprendimiento de mí mismo, teniendo siempre ante mis ojos las almas todas y la cuenta que habré de dar del tiempo perdido, de las habilidades inutilizadas, del bien omitido y de las vanas complacencias en mis trabajos, tan contrarias a la obra de Dios. Todo por Jesús, todo por María, todo a imitación vuestra, ¡oh Patriarca San José! Tal será mi consigna en la vida y en la muerte. Amén.

-En la enfermedad-

¡Oh Cristo Jesús!, que me habéis llamado a participar de vuestra Cruz, crucificándome por la enfermedad y la invalidez, os ofrezco hoy mis sufrimientos, las penas de mi vida de enfermo y os suplico las unáis a las que padecisteis en vuestra Pasión y a las que tuvo que sufrir vuestra Madre Dolorosa. Dignaos ofrecérselos a vuestro Padre Celestial por la instauración de vuestro reinado en la tierra, la santificación de la jerarquía eclesiástica, la multiplicación de las vocaciones apostólicas y la conversión de los infieles ¡Oh buen Maestro!, haz que yo llegue a sufrir con alegría por vuestra mayor gloria. Dadme la suficiente generosidad y todo el amor necesario para sonreír en medio de la prueba; y cuando el sufrimiento sea más vivo, cuando la cruz sea más pesada, y más dolorosas las crisis, haz, oh Jesús, que pueda responderos con un fiat gozoso y amante. Así sea.

-Por los agonizantes-

Oh clementísimo Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas. Os suplico, por la agonía de vuestro sacratísimo Corazón y por los dolores de vuestra inmaculada Madre, que lavéis con vuestra Sangre a todos los pecadores de la tierra que están ahora en la agonía y tienen que morir hoy. Amén.

Corazón agonizante de Jesús, tened misericordia de los moribundos.

-Por una buena muerte-

Oración a San José

Oh San José, que dejaste esta vida en brazos de tu Hijo adoptivo Jesús, y de tu dulce Esposa María, socórreme, ¡oh Padre!, junto con María y Jesús, cuando la muerte marque el fin de mi vida; obtenme la gracia (es lo único que pido) de morir también en los mismos brazos de Jesús y de María. ¡En vuestras manos, Jesús, María y José, encomiendo mi espíritu en la vida y en la muerte! Amén.

-Memorare-

Del Patriarca San José

Acordaos, oh purísimo Esposo de la Virgen María, oh dulce Protector mío, San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han implorado vuestro auxilio y reclamado vuestro socorro, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, a Vos me encomiendo fervientemente. Os pido, oh Padre Putativo del Redentor, que no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas benignamente. Amén.

-El doble mandamiento del amor-

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente. Amarás al prójimo como a ti mismo.

-Mandamientos de la ley de Dios-

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás acciones impuras.
  7. No hurtarás.
  8. No dirás falso testimonio ni mentirás.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.

-Mandamientos de la Iglesia-

  1. Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
  2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
  3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
  4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
  5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

-Regla de oro-

Mt 7, 12

Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.

-Bienaventuranzas-

  1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos
  2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra
  3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados
  4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
  5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia
  6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
  7. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios
  8. Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos
  9. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

-Virtudes teologales-

  1. Fe
  2. Esperanza
  3. Caridad

-Virtudes cardinales-

  1. Prudencia
  2. Justicia
  3. Fortaleza
  4. Templanza

-Los siete sacramentos-

  1. Bautismo
  2. Confirmación
  3. Penitencia
  4. Eucaristía
  5. Unción de los enfermos
  6. Orden sacerdotal
  7. Matrimonio

-Dones del Espíritu Santo-

  1. Sabiduría
  2. Entendimiento
  3. Consejo
  4. Fortaleza
  5. Ciencia
  6. Piedad
  7. Temor de Dios

-Frutos del Espíritu Santo-

  1. Amor
  2. Alegría
  3. Paz
  4. Paciencia
  5. Longanimidad
  6. Bondad
  7. Benignidad
  8. Mansedumbre
  9. Fe
  10. Modestia
  11. Continencia
  12. Castidad

-Pecados contra el Espíritu Santo-

  1. Presunción de salvarse sin ningún mérito.
  2. Desesperar de la misericordia de Dios.
  3. Impugnación de la verdad conocida, para pecar con más libertad.
  4. Envidio de los bienes espirituales que nuestro prójimo ha recibido de Dios.
  5. Obstinación en el pecado.
  6. Propósito de morir sin penitencia.

-Pecados que claman venganza a Dios-

  1. Homicidio voluntario.
  2. Pecado impuro contra naturaleza.
  3. Opresión del pobre.
  4. Defraudar al obrero de su jornal.

-Enemigos del alma-

  1. Mundo
  2. Demonio
  3. Carne

-Obras de misericordia corporales-

  1. Visitar y cuidar a los enfermos.
  2. Dar de comer al hambriento.
  3. Dar de beber al sediento.
  4. Dar posada al peregrino.
  5. Vestir al desnudo.
  6. Redimir al cautivo.
  7. Enterrar a los muertos.

-Obras de misericordia espirituales-

  1. Enseñar al que no sabe.
  2. Dar buen consejo al que lo necesita.
  3. Corregir al que yerra.
  4. Perdonar las injurias.
  5. Consolar al triste.
  6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
  7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.

-Pecados capitales-

  1. Soberbia
  2. Avaricia
  3. Lujuria
  4. Ira
  5. Gula
  6. Envidia
  7. Pereza

-Novísimos o postrimerías del hombre-

  1. Muerte
  2. Juicio
  3. Infierno
  4. Gloria
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