Oraciones y Fórmulas Católicas

-Santiguarse-

In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

-Signarse-

Per signun crucis, de inimícis nostris, líbera nos Deus noster.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.

-Persignarse-

Per signun crucis, de inimícis nostris, líbera nos Deus noster. In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

-Pater noster-

Pater noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen tuum. Advéniat regnum tuum. Fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie. Et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris. Et ne nos indúcas in tentatiónem: sed líbera nos a malo. Amen.

Padre Nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

-Ave María-

Ave María, grátia plena, Dóminus tecum, benedícta tu in muliéribus et benedíctus fructus ventris tui, Iesus. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

-Gloria Patri-

Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio et nunc et semper et in saécula saeculórum. Amen.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio. Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

-Salve-

Salve, Regína, mater misericórdiae; vita dulcédo et spes nostra, salve. Ad te clamámus éxules fílii Hevae. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrimárum valle. Eia ergo, advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte, et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis post hoc exsílium osténde o clemens, o pia, o dulcis Virgo María!

Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos, los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

-Símbolo de los Apóstoles-

Credo in Deum Patrem omnipoténtem, Creatórem caeli et terrae, et in Iesum Christum, Fílium Eius únicum, Dóminum nostrum, qui concéptus est de Spirítu Sancto, natus ex María Vírgine, passus sub Póntio Pilato, crucifíxus, mórtuus, et sepúltus, descéndit ad ínferos, tértia die resurréxit a mórtuis, ascéndit ad caelos, sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis, inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos. Credo in Spíritum Sanctum, sanctam Ecclésiam cathólicam, sanctórum communiónem, remissionem peccatórum, carnis resurrectiónem, vitam aetérnam. Amen.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

-Símbolo Niceno-Constantinopolitano-

Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem coeli et terrae, visibílium ómnium et invisibílium. Et in unum Dóminum Iesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia saécula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero.  Génitum, non factum, consubstantiálem Patri per quem ómnia facta sunt. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in coelum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória judicáre vivos et mórtuos cuius regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem, qui ex Patre, Filióque procédit. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de coelis. Et incarnatus est de spiritu sancto ex maria virgine et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis, sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Qui cum Patre, et Fílio simul adorátur, et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et unam, sanctam, cathólicam, et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et expécto resurrectiónem mortuórum et vitam ventúri saéculi. Amen.

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho. Que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

-Bendición de viaje-

Beata María intercedénte, bene ambulémus (ambules), Dóminus sit in itínere nostro (tuo), et Angeli eius comittentur nobiscum (tecum). In nómine Patris, et Filli, et Spíritus Sancti. Amen.

Que por la intercesión de Santa María Virgen tengamos (tengas) buen viaje, el Señor esté en nuestro (tu) camino y sus ángeles nos (te) acompañen. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

-Al pasar frente a una iglesia-

Santiguándose

Adoremus in aeternum Sanctissimum Sacramentum.

Adoremos eternamente al Santísimo Sacramento.

-Al ofrecer o recibir agua bendita-

Se toma con las yemas de los dedos y se santigua

V. Haec aqua benedícta
R. Sit nobis † salus et vita

V. Que esta agua bendita
R. Sea para nosotros salud y vida

-Al pasar frente a un cementerio-

Santiguándose

V. Réquiem aeternam dona eis, Dómine;
R. Et lux perpétua lúceat eis.
V. Requiescant in pace.
R. Amen.

V. Dales Señor, el descanso eterno;
R. Y brille para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.

-Al entrar en una iglesia-

Brevísima visita al Santísimo

Oh Jesús, creo en Vos y os adoro realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar; arrepiéntome de haberos ofendido; os amo y os deseo; venid a mi corazón; me uno a Vos: nunca os separéis de mí. Amén.

-Memorare-

De la Virgen María

Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que haya acudido a Vos, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de la vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vuestra  presencia Soberana. No desechéis oh purísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien, escuchadlas favorablemente. Amén.

-Sub Tuum Praesidium-

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!

-Bendita Sea Tu Pureza-

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

-Oración del estudiante-

De Santo Tomás de Aquino

Oh Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de Ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elegancia. Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia. Tú que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición. Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Tú que eres verdadero Dios y verdadero Hombre, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

-Para santificar el trabajo-

Oración a San José

¡Oh glorioso San José, modelo de todos los que se consagran al trabajo! Alcanzadme la gracia de trabajar con espíritu de penitencia en expiación de mis pecados; de trabajar a conciencia poniendo el cumplimiento de mi deber por encima de mis naturales inclinaciones; de trabajar con reconocimiento y alegría, mirando como un honor el desarrollar, por medio del trabajo, los dones recibidos de Dios en aras de la instauración del Reinado Social de mi Señor Jesucristo. Alcanzadme la gracia de trabajar con orden, constancia, intensidad y presencia de Dios, sin jamás retroceder ante las dificultades; de trabajar, ante todo, con pureza de intención y con desprendimiento de mí mismo, teniendo siempre ante mis ojos las almas todas y la cuenta que habré de dar del tiempo perdido, de las habilidades inutilizadas, del bien omitido y de las vanas complacencias en mis trabajos, tan contrarias a la obra de Dios. Todo por Jesús, todo por María, todo a imitación vuestra, ¡oh Patriarca San José! Tal será mi consigna en la vida y en la muerte. Amén.

-En la enfermedad-

¡Oh Cristo Jesús!, que me habéis llamado a participar de vuestra Cruz, crucificándome por la enfermedad y la invalidez, os ofrezco hoy mis sufrimientos, las penas de mi vida de enfermo y os suplico las unáis a las que padecisteis en vuestra Pasión y a las que tuvo que sufrir vuestra Madre Dolorosa. Dignaos ofrecérselos a vuestro Padre Celestial por la instauración de vuestro reinado en la tierra, la santificación de la jerarquía eclesiástica, la multiplicación de las vocaciones apostólicas y la conversión de los infieles ¡Oh buen Maestro!, haz que yo llegue a sufrir con alegría por vuestra mayor gloria. Dadme la suficiente generosidad y todo el amor necesario para sonreír en medio de la prueba; y cuando el sufrimiento sea más vivo, cuando la cruz sea más pesada, y más dolorosas las crisis, haz, oh Jesús, que pueda responderos con un fiat gozoso y amante. Así sea.

-Por los agonizantes-

Oh clementísimo Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas. Os suplico, por la agonía de vuestro sacratísimo Corazón y por los dolores de vuestra inmaculada Madre, que lavéis con vuestra Sangre a todos los pecadores de la tierra que están ahora en la agonía y tienen que morir hoy. Amén.

Corazón agonizante de Jesús, tened misericordia de los moribundos.

-Por una buena muerte-

Oración a San José

Oh San José, que dejaste esta vida en brazos de tu Hijo adoptivo Jesús, y de tu dulce Esposa María, socórreme, ¡oh Padre!, junto con María y Jesús, cuando la muerte marque el fin de mi vida; obtenme la gracia (es lo único que pido) de morir también en los mismos brazos de Jesús y de María. ¡En vuestras manos, Jesús, María y José, encomiendo mi espíritu en la vida y en la muerte! Amén.

-Memorare-

De San José

Acordaos, oh purísimo Esposo de la Virgen María, oh dulce Protector mío, San José, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han implorado vuestro auxilio y reclamado vuestro socorro, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, a Vos me encomiendo fervientemente. Os pido, oh Padre Putativo del Redentor, que no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas benignamente. Amén.

Scroll al inicio